Cambios en la AGP: Nueva transición para Buenos Aires
El
principal puerto de contenedores del país, ante un cambio de autoridades; lo que
deja la gestión pasada y los desafíos.
La remoción de Oscar Vecslir al frente de la Administración General de Puertos (AGP, el organismo de control de los concesionarios de terminales de contenedores del puerto de Buenos Aires) sorprendió sólo a los que se concentran en la gestión y no en las movidas políticas cotidianas.
Bajo este mismo tamiz, la designación de Sergio Borrelli, (foto) un práctico experimentado, estudioso de las vías navegables y de buena relación con los sindicatos y las empresas navieras, tranquiliza a quienes ponen el foco en la delicada transición por la que atraviesa el puerto de Buenos Aires.
¿Qué se hizo en estos 30 últimos meses de gestión y qué falta? La Nacion consultó a protagonistas del sector para el siguiente repaso:
Dragado. Se licitó y concesionó la obra, que ya tiene 34 pies en toda su extensión y 100 metros de ancho con un mantenimiento asegurado por los próximos cuatro años. Se renegoció el contrato con Vías Navegables para encarar un dragado con un convenio que tiene la posibilidad de ser rescindido si se incurre en incumplimientos reiterados. Se comenzaron las obras de rotura de la escollera de abrigo para llevarla de 200 a 300 metros de ancho, para garantizar una mayor seguridad a los buques que llegan, cada vez de mayor tamaño.
. Se modificó el proceso de "congelamiento" del cuadro tarifario, devolviéndole competitividad a las terminales de Buenos Aires. Un para seguir de cerca.
Concesiones. Los vencimientos inminentes condicionan todavía los proyectos de inversión que se les pidió a los tres concesionarios (Terminales Río de la Plata, Bactssa y Terminal 4), que no pueden quedarse atrás en la carrera por mantenerse como hub regional, por un lado, y que necesitan garantías para enfrentar inversiones con largo plazo de amortización, por el otro. Un paso importante fue lograr una prórroga por tres años para Bactssa (terminal 5) a partir de octubre próximo, cuando caía el contrato. "Esta situación descomprimió los temores de los trabajadores, que habían amenazado con un paro si no obtenían definiciones, y de la propia empresa, que había presentado un plan de inversión sólo viable si su concesión se prorrogaba", explicó un portuario. Los proyectos presentados contemplaban en común la construcción de muelles a 42 pies de calado pensando no ya en la troncal sino en los buques por venir. Ya obtuvieron dictamen favorable de la AGP y aguardan ahora novedades sobre los pasos jurídicos por seguir.
. Tal vez el hito de la gestión saliente. Buenos Aires tiene la mejor terminal de cruceros de América latina (con capacidad para 12.000 turistas por día), con inversiones totales por US$ 24 millones en sitios de atraque para recibir hasta cuatro cruceros de 300 metros de eslora pro día, o siete de 260 metros. En septiembre, además, Buenos Aires será sede de Seatrade, la convención mundial del sector.
Ferrocarril. Se recuperó el ingreso del tren al puerto, con una logística integrada y consensuada con el sector . El desafío es potenciar los 1000 vagones mensuales (el equivalente a 4000 camiones), con mejoras en la parrilla ferroviaria.
Hub regional. Más allá de los intereses de los concesionarios, es el propio puerto quien debe esforzarse por recuperar cargas argentinas que migran a otros enclaves. Como otros puertos del mundo, Buenos Aires debe salir a venderse. Pero antes, debe trabajar en el frente interno, en la recuperación de los transbordos y la atención de los feeders regionales.
Gestión. Hacia adentro, la AGP tiene todavía que mejorar sus sistemas y procedimientos, tender a la modernización y la eficiencia para completar su rol complementario y potenciador de los intereses de la carga y del transporte marítimo.
Terminal 6. El punto más sensible que sigue sin solución. Toda inversión (y nueva licitación) debe contemplar (y saldar) una deuda millonaria previa.
10/07/12
La remoción de Oscar Vecslir al frente de la Administración General de Puertos (AGP, el organismo de control de los concesionarios de terminales de contenedores del puerto de Buenos Aires) sorprendió sólo a los que se concentran en la gestión y no en las movidas políticas cotidianas.
Bajo este mismo tamiz, la designación de Sergio Borrelli, (foto) un práctico experimentado, estudioso de las vías navegables y de buena relación con los sindicatos y las empresas navieras, tranquiliza a quienes ponen el foco en la delicada transición por la que atraviesa el puerto de Buenos Aires.
¿Qué se hizo en estos 30 últimos meses de gestión y qué falta? La Nacion consultó a protagonistas del sector para el siguiente repaso:
Dragado. Se licitó y concesionó la obra, que ya tiene 34 pies en toda su extensión y 100 metros de ancho con un mantenimiento asegurado por los próximos cuatro años. Se renegoció el contrato con Vías Navegables para encarar un dragado con un convenio que tiene la posibilidad de ser rescindido si se incurre en incumplimientos reiterados. Se comenzaron las obras de rotura de la escollera de abrigo para llevarla de 200 a 300 metros de ancho, para garantizar una mayor seguridad a los buques que llegan, cada vez de mayor tamaño.
. Se modificó el proceso de "congelamiento" del cuadro tarifario, devolviéndole competitividad a las terminales de Buenos Aires. Un para seguir de cerca.
Concesiones. Los vencimientos inminentes condicionan todavía los proyectos de inversión que se les pidió a los tres concesionarios (Terminales Río de la Plata, Bactssa y Terminal 4), que no pueden quedarse atrás en la carrera por mantenerse como hub regional, por un lado, y que necesitan garantías para enfrentar inversiones con largo plazo de amortización, por el otro. Un paso importante fue lograr una prórroga por tres años para Bactssa (terminal 5) a partir de octubre próximo, cuando caía el contrato. "Esta situación descomprimió los temores de los trabajadores, que habían amenazado con un paro si no obtenían definiciones, y de la propia empresa, que había presentado un plan de inversión sólo viable si su concesión se prorrogaba", explicó un portuario. Los proyectos presentados contemplaban en común la construcción de muelles a 42 pies de calado pensando no ya en la troncal sino en los buques por venir. Ya obtuvieron dictamen favorable de la AGP y aguardan ahora novedades sobre los pasos jurídicos por seguir.
. Tal vez el hito de la gestión saliente. Buenos Aires tiene la mejor terminal de cruceros de América latina (con capacidad para 12.000 turistas por día), con inversiones totales por US$ 24 millones en sitios de atraque para recibir hasta cuatro cruceros de 300 metros de eslora pro día, o siete de 260 metros. En septiembre, además, Buenos Aires será sede de Seatrade, la convención mundial del sector.
Ferrocarril. Se recuperó el ingreso del tren al puerto, con una logística integrada y consensuada con el sector . El desafío es potenciar los 1000 vagones mensuales (el equivalente a 4000 camiones), con mejoras en la parrilla ferroviaria.
Hub regional. Más allá de los intereses de los concesionarios, es el propio puerto quien debe esforzarse por recuperar cargas argentinas que migran a otros enclaves. Como otros puertos del mundo, Buenos Aires debe salir a venderse. Pero antes, debe trabajar en el frente interno, en la recuperación de los transbordos y la atención de los feeders regionales.
Gestión. Hacia adentro, la AGP tiene todavía que mejorar sus sistemas y procedimientos, tender a la modernización y la eficiencia para completar su rol complementario y potenciador de los intereses de la carga y del transporte marítimo.
Terminal 6. El punto más sensible que sigue sin solución. Toda inversión (y nueva licitación) debe contemplar (y saldar) una deuda millonaria previa.
10/07/12
LA
NACION. NUESTRO MAR
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