16 de Julio: Día de los Intereses
Argentinos en el Mar (Ley 25860/2004)
El 16 de julio,
celebramos anualmente en nuestro país el “Día de los Intereses Argentinos en el
Mar”. Por Daniel Estigarribia
José Santiago García, un querido periodista del sector que estuvo al frente del programa “La Rosa de los Vientos” durante años, fue uno de sus principales impulsores.
Muchas son las razones que avalan la elección de esta fecha.
Segundo R. Storni (1876-1954) un oficial superior de la
Armada, fue quien primero llamó la atención de
nuestras autoridades y de la sociedad sobre la necesidad de considerar las
cuestiones relacionadas con el mar y de la actividad naviera y de la industria
e ingeniería naval en su conjunto como Políticas de Estado, logrando plasmar e
instaurar en la ciudadanía la cuestión sobre los vitales intereses económicos
que los argentinos tienen en el mar, en los ríos y sus puertos. Fue el mismo
Storni quien ya en 1911 escribía sobre el “Mar Territorial”,
concepto que se vio concretado 70 años más tarde y aprobado por la comunidad
internacional en la llamada Ley del Mar.
Así, ya a comienzos del siglo pasado escribe sus obras Proyecto de Régimen de Mar
Territorial (1911) y El
Mar Territorial (1926), en las que aborda el tema del régimen
jurídico del mar territorial, tema que será objeto de tratamiento por la
comunidad internacional tiempo después: en la Conferencia de Codificación del
Derecho Internacional que se reunió en La Haya en 1930 y en la Primera
(Ginebra, 1958), Segunda (Ginebra, 1960) y Tercera Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar (que concluyó en Montego Bay, Jamaica, en
1982).
Pero la obra más importante de Storni, que
se destacó por recopilar su intensa tarea en la promoción de este tema, es la que se publicó en 1916 con el título Intereses Argentinos en el Mar,
que contiene una serie de conferencias dictadas en el Centro Naval a principios
del siglo. Posteriormente su pensamiento también se publicó como libro
con el mismo nombre en 1952.
En este libro brinda una comprensión global de la problemática
marítima argentina, la que, no obstante los escasos conocimientos
oceanográficos de la época, mantiene hoy plena vigencia: las Islas Malvinas, la
Antártida Argentina, el mar argentino y las pesquerías, la plataforma
continental, la riqueza ictícola y el fondo marino, los avances de la técnica
moderna para su explotación, el desarrollo de nuestra marina mercante y
fluvial, la política naval argentina, la defensa nacional, el poder naval y,
fundamentalmente, los elementos para poder crear una conciencia marítima en la
opinión pública argentina.
Storni,
formado en un ambiente cientificista con profesores que eran discípulos de
Alberto Einstein, pertenecía a una generación de marinos en la que imperaba una
verdadera ideología de la ciencia y por ello, participó con Adolfo Holmberg,
Ezequiel Paz y Ángel Gallardo en la fundación del Instituto Oceanográfico Argentino.
En las conferencias que dictaba en el Centro Naval a principios
del siglo XX y que fueran publicadas en 1916, el almirante se preguntaba,
despertando inquietudes que aún hoy merecen reflexiones en muchos sectores:
¿Qué importancia, qué alcance, qué lineamientos debemos dar a
nuestra actividad marítima?
¿Es que hemos de permanecer enclavados en la tierra, para
arrancarle sus frutos, y esperar que otros los transporten, que otros nos
comuniquen con el mundo, que otros vengan hasta imponernos la ley?
¿O ha de ocupar la Argentina su parte de dominio y de usufructo en
esa gran vía de la civilización que se llama mar?
Se quejaba Storni por no poder determinar cuál era el organismo
administrativo del Estado Argentino, “especializado y eficiente, cuya misión
comprenda el estudio continuo de la marina mercante y su fomento”.
Y por la falta de un organismo orientado a los asuntos de la pesca
ya que “aunque los peces sean tan animales como las vacas, puedo afirmar que
las pesquerías y la piscicultura no tienen absolutamente nada que ver con la
ganadería”
Es indudable la importancia de la temprana y preclara contribución
de Segundo R. Storni en la orientación del pensamiento de sus conciudadanos,
alertándolos sobre el valor de lo que ahora llamamos sintéticamente Intereses
Marítimos.
También nos recuerda que “...puede afirmarse que la Argentina
lo espera todo de la vía marítima...”; y al considerar el tema relativo a
las producciones y el intercambio marítimo expresa: “Es posible, señores,
ante hechos tales negar la evidencia de nuestros trascendentales intereses en
el mar?”; y agrega: “Ahora bien, los beneficios de ese intercambio no
están solamente en la compra y venta; hay un colosal material flotante que debe
efectuarlo y que presupone las industrias mecánicas y constructivas más
adelantadas; hay un enorme capital que produce preciados beneficios por los
fletes; hay toda una multitud de hombres que tripulan barcos, hombres que hacen
de las naciones sobre el mar”.
“La política naval es, ante todo, una acción de gobierno; pero es
indispensable, para que tenga nervio y continuidad, que sus objetivos arraiguen
en la nación entera, que sean una idea clara, un convencimiento de las clases
dirigentes y una aspiración constante de todo el pueblo argentino”. Todo un verdadero paradigma
para los argentinos.
Sus
ideas aún perduran con empecinada actualidad y es un acto de justicia que la
Nación lo recuerde en el día de su nacimiento, haciendo una pausa para recordar
a los Intereses Argentinos en el Mar.
Es destacar que esta fecha ha sido incluida en el CALENDARIO
ESCOLAR de nuestro país.
La
inmensidad de los espacios marítimos, la extensión de la plataforma continental
y la disponibilidad de los recursos que allí existen; la importancia de la
hidrovía “Paraguay – Paraná”, por su notable dimensión geográfica y extendida
área de influencia y la incidencia de los fletes sobre la competitividad de los
productos argentinos en los mercados externos, indican que el desarrollo de los
intereses marítimos de nuestro país está ligado directamente a sus
posibilidades de competir en el mundo
Además en la actualidad, se puede apreciar que en el Atlántico
Sudoccidental son mayores los espacios marítimos sujetos a la ocupación ilegal
por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, que los espacios
marítimos que de hecho y de derecho controla nuestro país.
También la cuestión Malvinas, una controversia
de soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y
los espacios marítimos circundantes, que nuestro país busca resolver en paz a
través del diálogo, no se reduce a una cuestión sólo jurídico-política sino a
una cuestión de control y explotación de los recursos naturales vivos y no
vivos de los espacios marinos circundantes.
La recuperación de dichos territorios y el
ejercicio pleno de la soberanía, conforme los principios del derecho
internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo
argentino. Así lo establece la Disposición Transitoria Primera de nuestra
Constitución reformada en 1994.
Por Daniel
Estigarribia
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