martes, 25 de enero de 2011

Deudas, cuotas y promesas


Cómo es el presente de la naviera que incluyó a los gremios a su conducción y busca relanzar la marina mercante argentina.

El 9 de octubre de 2010, el matutino de Hong Kong, South China Morning Post, daba cuenta de una serie de barcos "secuestrados" en puerto por incontables deudas, y advertía sobre la posibilidad de su venta compulsiva para pagar sueldos atrasados.
"Alrededor de 10 barcos han sido arrestados en Hong Kong durante el último año debido sobre todo a deudas bancarias y disputas sobre las cargas", señalaba, entonces, la publicación. Entre esos barcos figuraba el Maruba Decurion, de 64.200 dwt (toneladas de peso muerto), que había sido detenido en agosto de 2010. Hasta diciembre, según pudo saber La Nacion, el barco seguía anclado en Hong Kong.
"El barco fue arrestado luego de una acción legal emprendida por Chimbusco Pan Nation Petrochemical, del grupo PetroChina, por deudas impagas de combustible, que ascendían a millones de dólares, por el Decurion y otros barcos de Maruba", amplió la publicación, que agregaba: "Chimbusco denunció que se le adeudaban 20 contratos por combustible. El consumo de un Panamax entre América del Sur y Asia promedia los US$ 6 millones, en un solo viaje, según los precios de este año [2010]", concluyó el artículo.
Embargado
La Nacion contactó a uno de los marinos que se embarcó en el Decurion -cuyo nombre pidió no trascendiera- quien confirmó que el barco "estuvo en China esperando carga y al poco tiempo nos enteramos que estábamos presos porque habían embargado al barco ".
"Están pagando el sueldo en cuotas. Recién hoy cobré la cuarta cuota del sueldo correspondiente a noviembre", indicó el marino empleado por Maruba.
"Llamé a la AFIP y me dijeron que el 7 de enero era la última fecha para el pago del aguinaldo, que todavía no cobramos", aseveró.
Mientras el diario de Hong Kong publicaba la crónica del embargo del Decurion, en Buenos Aires, Maruba le abría su capital accionario al sindicato que agrupa al personal embarcado no jerárquico: el Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU), cuyo secretario general, Enrique Omar Suárez, se convirtió en director de la compañía naviera.
Suárez respondió a la consulta de La Nacion respecto de la situación de haberes adeudados, pero indicó que la gente "está cobrando conforme a lo acordado".
En efecto, una de las primeras acciones de Suárez como flamante director de la compañía fue asegurar un aumento del 25% de los sueldos de los empleados de la naviera. "Fue una promesa del gremio y la estamos pagando", indicó. El aumento se otorgó en dos partes: un incremento del 12,5% en agosto y otro en diciembre.
También en octubre, uno de los accionistas que se sumó a Maruba para rescatarla confirmaba a La Nacion: "La refinanciación de la deuda en el exterior fue un éxito. Logramos una quita del 40% [US$ 40 millones], pagando ahora el 20% [algo más de 10 millones] y el 40% restante [otros 40 millones] a siete años con 18 meses de gracia. Hubo un embargo, de un millón de dólares, que se levantó en 48 horas. Y los fondos para pagar la deuda los ponemos privados, amigos de la empresa, socios... Les estamos pagando a todos, con todos acordamos, desde terminales de Chile, China y de Buenos Aires hasta compañías de leasing", señalaba.
"En diciembre recibimos entre 8 y 12 buques, la mayoría bulk carriers", pronosticaba. Los barcos no llegaron todavía.
"Hay mucha gente que se fue a trabajar a la competencia y estamos enfrentando una especie de guerrilla interna. Hay información confidencial que llegó a la competencia de manos de gente importante, que manejaba mucha información", señaló, con intención de desacreditar el testimonio que La Nacion quiso confirmar con la empresa.
El aumento otorgado por el sindicato fue una concesión que surgió en un momento que la junta directiva aprobó un plan de reestructuración de la compañía.
"Hicimos un plan de retiros voluntarios para todo el personal administrativo. Maruba está encarando una nueva etapa y, como toda empresa moderna, se está reestructurando. Hay gente de más. Muchos se acogieron y otros están especulando. Y muchas empresas del mercado también especulan con que a Maruba no le vaya bien", advirtió el ejecutivo.
Suárez fue un poco más lejos. "Si Maruba no va, no va ninguna otra marítima", alertó, aludiendo indirectamente al poder de fuego que le da controlar al estratégico personal que opera los remolcadores, embarcaciones vitales para el atraque y salida de puerto de todo buque de gran porte. Suárez suscribió a la hipótesis de que ex empleados de Maruba estén haciendo trascender versiones sobre que la empresa no está pagando sueldos.
"Estamos detrás de 4 o 5 negocios que creemos que son muy potables. Están llegando buques nuevos y reestructurando la compañía", volvió a repetir el directivo empresario. Suárez, a su vez, pidió "paciencia" a los marítimos.
Condiciones laborales
El personal embarcado, en cambio, no tiene mayores opciones de trabajo porque los buques con banderas de terceros países o banderas de conveniencia no realizan aportes previsionales ni tienen el sistema de francos que garantiza el convenio laboral argentino, que tanto defiende Suárez.
El marino argentino, luego de navegar un determinado tiempo, entra en un período de francos, durante el cual no trabaja, pero sigue cobrando. Además, cobran vacaciones. "Es como si fuera un trabajo en tierra", grafica un sindicalista. Este régimen no se cumpliría, denuncian los marítimos, en las banderas de terceros países.
No obstante, si bien los derechos de los marítimos están garantizados y representados por el SOMU, está instalada la incógnita respecto de qué puede o podrá suceder con probables reclamos de embarcados en barcos de Maruba, ahora que el gremio que los agrupa es, a la vez, socio de la empresa que los emplea.
En tanto, la semana última, hubo una reunión entre el Centro de Jefes y Oficiales Maquinistas Navales -institución que representa a los oficiales de la Marina Mercante que trabajan en máquinas- y la empresa donde se aseguró que el viernes se depositaría parte del dinero adeudado.
Mientras presentaba al nuevo director de la compañía, el capitán Samuel Rodríguez, les reclamaba a las autoridades argentinas que reaccionaran de manera "urgente" con "mecanismos de crédito y conveniencias impositivas". "Pagamos el combustible más caro que los autos en la ciudad", destacó entonces, cuando clamó por el "respaldo de la Nación y el retorno de la visión estratégica para la marina mercante".
"A partir de este momento comenzamos con el relanzamiento de la flota mercante nacional", decía un exultante Suárez.


Martes 25 de enero de 2011 Emiliano Galli - La nación.

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