martes, 25 de enero de 2011

El sector naviero argentino en 2011


Jan Kok Para LA NACION


El sector naviero argentino suele moverse con independencia del mercado de fletes mundial. 2010 no fue una excepción. Es que está concentrado en el cabotaje y navegación fluvial y como tal, tiene un desarrollo propio.
No obstante, no deja de obedecer a reglas de aplicación mundial a las que la Argentina adhiere. En el caso de la prevención ambiental, las reglas de Marpol (de la Organización Marítima Internacional) exigen que los buques tanque sean de doble casco.
Como consecuencia, entre 2008 y 2010 se incorporaron 20 buques tanque por el sistema de fletamento a casco desnudo según los decretos 1010/2004 fletados por las empresas petroleras en cumplimiento de dicha reglamentación.
Para 2011 se espera alguna incorporación adicional para completar el reemplazo de buques de casco simple.

Además, se incorporaron dos portacontenedores, también para servicios de cabotaje. Fuera de esto, sólo un par de remolcadores y algunas barcazas para armadores locales, y para exportación a países vecinos.

Esto en relación al cabotaje. Respecto al negocio fluvial, aún se espera el incremento de producción y necesidad de transporte de los grandes proyectos mineros del suroeste brasileño y de Bolivia. Esto generará una demanda muy importante de nuevas barcazas y remolcadores. En tanto, hay una demanda creciente de transporte de oleaginosas y granos de Paraguay, Bolivia y el suroeste brasileño que muy probablemente requiera de un número adicional de barcazas y remolcadores a la brevedad.

La industria naval local, especialmente con el nuevo astillero de Punta Alvear puede, en teoría, satisfacer buena parte de esta demanda agregada. No obstante, la legislación impositiva a la que están sometidos los astilleros parece perjudicar a propósito sus posibilidades. Los actores no se cansan de enumerarlas y es de esperar que las autoridades, especialmente las fiscales, entiendan que superar estos escollos es en beneficio de todos.

Los mercados mundiales están sufriendo una ola de nuevos buques que entran al mercado afectando fuertemente los valores de flete. En 2009 se incorporaron 52,5 millones de toneladas de buques nuevos; en 2010 el incremento fue de unos impresionantes 120 millones de toneladas. Los valores de flete están en picada y cada vez más se llega a ingresos que apenas cubren los costos operativos.
Esto probablemente de por tierra los planes del sector armatorial argentino de involucrarse en transporte internacional ya que el componente de costo de capital de los fletes es enorme y el margen libre de flujo de caja para soportar dicho costo se está evaporando. Quizás en 3 o 4 años se vuelva a una suerte de equilibrio entre oferta y demanda de bodega que permita considerar involucrarse en el transporte internacional con bandera argentina.

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